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UN MISMO INICIO, VARIAS HISTORIAS

Según un informe de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes, los afrocolombianos son la minoría étnica más numerosa que hace parte del grupo de personas en situación de desplazamiento en Colombia y aproximadamente el 98% de esta comunidad, vive en estado de pobreza.

Por: Alexa Collante Genes

Medellín, 6 de mayo del 2019 

En Medellín, las poblaciones afrodescendientes han tenido una historia con dinámicas y características que han forjado un proceso diásporo en su asentamiento en esta ciudad.

Codhes, asegura en su informe, que Tumaco y Buenaventura, son la viva muestra del drama que enfrenta esta población, debido a la pobreza en la que viven, y la discriminación a la que se ven sometidos. A los problemas que enfrenta esta población, se le suma el abandono del estado, muchos ciudadanos afrodescendientes aseguran que solo recibieron atención humanitaria de emergencia los primeros seis meses desde de su desplazamiento y muchos otros, reclaman incluso, que nunca han recibido ayuda por parte del Estado.

 

La Ley 70 de 1993 define a las Comunidades negras como el conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana que poseen una cultura propia, comparten una historia y tienen tradiciones propias y que, además, tienen costumbres arraigadas en la relación campo - poblado, que revelan y conservan conciencia de identidad que distingue a estas comunidades de otros grupos étnicos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos señala que la historia de las comunidades afrodescendientes en Colombia ha estado marcada por un hito de invisibilidad, exclusión y desventajas sociales y económicas que afectan de manera significativa el goce de sus derechos fundamentales. Es tal el abandono de estas comunidades, que su tasa de mortalidad infantil duplica la registrada a nivel nacional, y su acceso a servicios básicos como lo son educación y salud es prácticamente nulo, así como su acceso a empleos dignos y a la participación en la vida pública.

En la época de la trata negrera y la esclavitud, la ciudad de Cartagena de Indias en el litoral caribe, se constituyó como el principal puerto de entrada de esclavos africanos al país. Desde allí, los esclavos eran distribuidos a las demás regiones del virreinato de la Nueva Granada e incluso a otras partes del mundo. Al ser utilizados, principalmente, para realizar trabajos que implican grandes esfuerzos físicos, en minería y ganadería, la población esclava terminó por concentrarse en las regiones cuya economía se basa principalmente en estas actividades, lo cual proporciona una clara identificación de los sitios de asentamientos históricos de estas comunidades. El empleo doméstico fue otra de las actividades desarrolladas por la población esclava en la época colonial, esta actividad era desarrollada principalmente en las ciudades del caribe colombiano, así como en algunas zonas del interior del país.

La Revista de la Información Básica, señala en su artículo Afrocolombianos y el Censo 2005, que la población afrocolombiana se ha asentado históricamente en todo el litoral pacífico, incluyendo la región del Urabá, en el valle del Cauca, en la zona baja y media que del río Magdalena, así como en el río Cauca y en el litoral caribe, incluidas sus llanuras, sabanas y ciénagas, así como en el área urbana de Cartagena, Santa Marta y Mompóx.

A mediados del siglo XIX, como consecuencia de la abolición de la esclavitud en 1851, se da el surgimiento de un campesinado negro libre, que sigue asentado mayoritariamente en las zonas históricas donde se ubicaron sus comunidades inicialmente. Sin embargo, con el paso de los años, ya se podían encontrar otros centros urbanos con población en su mayoría afrocolombiana, como las ciudades de Quibdó, Buenaventura y Tumaco en el Pacífico colombiano.

La estructura de la población afrocolombiana se ve directamente afectada por las transformaciones que sufre el país, transformaciones de índole tanto social como económico y demográfico por las que atraviesa durante el siglo XX, estos factores son cruciales y desembocan en extensos procesos migratorios a las grandes ciudades del país (Cali, Medellín, Barranquilla). De estas mismas transformaciones, emergen procesos de migración a varias zonas del oriente colombiano y más recientemente al centro del país.

En Medellín, las poblaciones afrodescendientes han tenido una historia con dinámicas y características que han forjado un proceso diásporo en su asentamiento en esta ciudad. Para comprender los parámetros concretos de lo afro en Medellín y el Valle de Aburrá, sería conveniente remontarnos a la fundación de Medellín como villa en 1675. Para la fecha, la ciudad estaba habitada por una población compuesta mayormente por mulatos, mestizos y negros libres; comunidades que, posteriormente, fueron reubicadas en el sector de Gualteros (Niquitao) y en las inmediaciones del río Medellín y las quebradas Santa Elena, La Iguaná y la Hueso.

En los primeros años de la república, las políticas de colonización y estratificación impulsadas por la colonia europea, dieron inicio al desplazamiento de la mayor parte de afrodescendientes, mulatos y mestizos en situación de pobreza que residían en el Valle de Aburrá. La gran mayoría de las comunidades afrocolombianas se resistieron a las políticas de desplazamiento, y en cambio, se integraron a la sociedad mejorando su condición económica a partir de la minería, el comercio y las artesanías.

En los años 50, la construcción de la vía Medellín-Quibdó, da inicio a grandes olas migratorias desde el Chocó, lo cual la vía libre a la aparición de nuevos asentamientos Afrocolombianos en Medellín, estos son La Valladera, Belén Rincón, Barrio Antioquia, Moravia, la Iguana, entre otros. Estas corrientes se caracterizaron por ser transitorias y en su mayoría eran protagonizadas por comerciantes de paso, estudiantes y colonos chocoanos de la región de Urabá.

 

La creación del Círculo de Estudios Soweto en Buenaventura, y la lucha contra el “Apartheid” en Sudáfrica, impulsan en Medellín la creación del Círculo de Estudios Manuel Saturio Valencia, CEMASVA, además de otras organizaciones, grupos y ONGS de afrocolombianos, que buscan la reivindicación regional, política y económica. Gracias a esta presión y a la inclusión del Artículo. 55 en la Constitución del 91, se crean en Medellín diversas formas organizativas que reivindican lo afro a la luz de la Ley 70 de 1993.

En la actualidad, Medellín tiene 236 mil 222 habitantes afrodescendientes, que equivalen al 10% de su población, la capital antioqueña hace parte de la Coalición Latinoamericana y Caribeña de Ciudades contra el Racismo, la Discriminación y la Xenofobia; iniciativa impulsada por la UNESCO en el año 2004 y su Plan de Desarrollo proyecta una inversión de 5 mil millones de pesos en programas y proyectos en beneficio de los afrodescendientes. Las inversiones se focalizan en las comunas 3, 4, 8, y 16; donde está el mayor número afrodescendientes.

En la actualidad, Medellín tiene 236 mil 222 habitantes afrodescendientes, que equivalen al 10% de su población,

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